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Historias de voluntarios X


Soy Jose Martínez. Mi historia con los animales no sé bien bien cuando empezó, quizás se remonte a cuando en el pueblo mis abuelos compraban un pollito en el mercado (cosa que ahora veo fatal porque las condiciones en las que estaban eran horribles) y yo iba con el pollito por toda la casa y disfrutaba dandole de comer. Quizás venga también de que mi abuelo cogiera siempre los pajaritos caídos de nidos, fueramos a echar pan a las gaviotas, etc.


No tuve contacto con los perros hasta muuuuuucho más tarde porque les tenía un miedo espantoso y todavía me acuerdo de cómo me sentía, qué tonto! Era un niño muy friki así que cuando jugábamos a “Papás y mamás” en el cole yo quería ser el mono, entonces estaban papá, mamá, el hijo….y yo dando brincos y golpes en el pecho. Luego tuve una época hasta los 12 o 13 años donde me alejé bastante de todo esto y una tarde viendo Tarzán busqué información sobre gorilas y chimpancés etc (sigo siendo así de friki) y buscar eso en google es igual a buscar Jane Goodall, así que contacté con el Instituto y conocí los grupos Roots and Shoots. Formé parte de uno pero salí tiempo después porque no podía ir solo en tren (era más pequeño) y divulgué la campaña de los móviles en Montcada.


Empecé a leer y ver videos sobre animales otra vez, a leer los taaaantos problemas que tienen los pobres y a cabrearme cada vez más con tanta maldad, y sentí bastante impotencia. Entonces en una de las visitas de Jane a Barcelona conocí a Clara y estuvimos hablando bastante rato… Era lo que llevaba buscando mucho tiempo! Y sinceramente, esperaba algo más frío, no sé por qué, esperaba que se fuese a hacer la faena y ya está. Pero me encontré a gente muy muy loca y a una nueva familia, la relación va más allá de las ferias o las jornadas, y tuve mi hueco en seguida ganándome el título de polluelo.


Antes explicaba que los grupos Roots and Shoots eran solo para niños, pero vosotros lleváis todos la juventud por dentro (y no tan dentro, no os enfadéis jajajja), definitivamente he encontrado un hueco en el Cisne, amigos y un sitio para trabajar por lo que a todos nos mueve y nos une.


Como algunos de vosotros, el peludo con el que vivo es comprado, yo lo pedí cuando era más pequeño y mis padres no tendrían toda la información que habría hecho falta, aun así me ha enseñado mucho y es un gran compañero y a la vez me ha hecho ver de que si en mi casa no se sabía, habrá muchas otras en las que tampoco, así que nos toca seguir y seguir y seguir!


Gracias por dejar un hueco al que se viste de mujer entre fira y fira o se pone una falda en la cabeza, se os quiere!


Estamos retomando nuestras Historias de Voluntarios, esta historia se escribió en octubre de 2014.

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